lunes, 13 de octubre de 2008

“Sociedad Anónima”: una “metida de pata” histórica

No es novedad que “Sociedad Anónima” usa a “Las Estudiantinas” como “banco de prueba”; sin embargo, en el 2007 fueron los grandes ausentes. De modo que la función del 2008 marcó la vuelta al “testeo” histórico de sus delirios humorísticos. Un “test” que suele ser muy revelador para ajustar su propuesta rumbo a febrero.


Por Diego Sebastián Maga
La actuación se dividió en tres bloques (que fueron de menos a más). Abrieron con un “grupete” de bomberos incompetentes, siguieron con un gracioso monólogo del mismísimo “Dr. Selby” y cerraron con la inefable e infalible secuela de “Cerro Ñato”. Esta vez, los “Gauchos Patones” se lanzaron en una verdadera “patriada” siguiendo la huella del máximo prócer: José Gimnasio Artigas. Y allá salieron con las lanzas y boleadoras entre los dientes a combatir al ejército brasileño y algunos traidores que suelen ser considerados héroes de la patria. Los “Jilgueros” (con Martín Prado, “Pablillo” García y Carlitos Barceló en la patota “cerroñatense”) llevaron sus “metidas de pata” a la mismísima historia nacional y esta clásica “fórmula humorística” dejó en claro su eficiencia escénica y –especialmente- su “gancho” popular. La gente –año tras año- espera a estos personajes, los extraña y cada retorno viene a poner fin a la enorme expectativa.
La performance en las “Estudiantinas” presentó una intensidad humorística irregular, con altibajos. No obstante, la comunicación con el Teatro Macció (prácticamente repleto) nunca decayó.
Antes de bajar del escenario, Carlitos Barceló se comprometió a dar una mano en la organización de la futura edición de la “Semana de la Juventud” (cuna de “las Estudiantinas” y de un sin fin de grandes artistas maragatos) y convocó a todos aquellos que quieran aportar ideas, experiencia y voluntad para que el evento gane en cantidad y calidad (actualmente, si no fuera por el esfuerzo del Liceo 3, ya sería historia).
“Como la “Semana” es de todos, es bueno que todos hagamos algo para que no desaparezca” declaró demostrando su intención de que la “Semana” recupere su mística y termine de experimentar la transición de la decadencia al esplendor.